sábado, febrero 10, 2007

Ciudad

General Juan Madariaga: Ciudad, pueblo, terruño es el lugar de los afectos, es el lugar de las raíces. Como seres humanos que somos vivimos protestando por los vecinos, por las calles, por todo lo que vemos mal y nos gustaría que sea mejor. Vivimos criticando y hasta difamandola, pero solo basta alejarse de ella, solo basta permanecer por un corto tiempo en otra ciudad para saber cuanto queremos nuestra tierra, para saber cuan hondo cala en nuestros sentimientos aquel amontonamiento de casas y gente. No hay mejor forma de saber cuanto uno aprecia algo que alejándose de el. En el año 2001 se desato en Argentina una crisis económica de graves proporciones, miles y miles de argentinos emigraron en busca de un mejor pasar, porque no tenían acá ninguna oportunidad. La mayoría eligió España como destino, por la similitud de idioma, por la similitud de idiosincrasias, por parentescos, por facilidad que nos brindaron. España cumplió con su deuda histórica y cual nosotros recibimos a miles de Españoles que huían de la guerra, hoy ellos nos reciben con los brazos abiertos. Conozco muchas familias que en España tienen un excelente pasar económico, gozan del consumismo de manera que aquí no podrían, viven y conocen la cuna del mundo, pero tienen un vació interior imposible de llenar, y ese vacío no es mas que pisar su suelo, su tierra, ver su gente, sus calles, sus arboles. Están prendidos a internet conectados con argentina, para saber las novedades, leen diarios argentinos, escuchan radios argentinas, se enteran y saben mas que nosotros que vivimos aquí. Tienen una avidez inusitada por todo lo argentino, buscan en España productos argentinos (mate, dulce de leche, asado, etc). Buscan encontrarse con otros argentinos para aunque sea compartir su vació interior.

Eso es la tierra, eso es la ciudad, esas son las raíces. Y digan lo que digan de la boca para afuera sin eso nos queda un enorme hueco que no se puede llenar con nada material.

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1 comentario:

Felix Fortune dijo...

Que bonito, y que gran verdad, como nos quejamos de cosas que una vez se alejan, extrañamos como nunca podriamos imaginar.